Pasado el viernes, ahora es lunes

Un particular día, con nuevos y variados personajes –particulares-. Lo que es bueno, porque la monotonía suele cansar y dejar los momentos en el olvido, con ellos la alegría espontanea de los seres y las visiones que generan buenos estados de ánimo en el hombre se ven tachados e ignorados por las rutinas creadas por el mismo sujeto.

Con la ausencia de muchas personas que en esta temporada juegan con Suricatas, se entreno el pasado viernes 23 de abril con las propuestas de ejercicios físicos de nuestro queridísimo Juan P. (Sin sarcasmo alguno). Ejercicios de ultimate conocidos por muchos fueron usados por P. Algo agotados recibimos las indicaciones de nuestro maestro de ceremonias: Mc. Joselito Carnaval. Quien nos indica unos ejercicios y luego nos enreda con un “triangulo” que ahora es doble, que arma una telaraña, que no es telaraña, sino un trazado que tampoco lo es, y termina en un nudo, sin hilos o lazos, sino un nudo mental que para desatarlo es mejor ir a hidratarse. Luego, a jugar. Ante la ausencia de muchos, abandono de otros pocos y solicitud de un particular asistente al entrenamiento (Cristian de Barranquilla y hoy en día habitante de la ciudad que además no sabe montar en metro, ni en bus) pedimos juego a nuestras vecinas las Wiccas. Ellas no se quieren mezclar con nosotros para jugar, dicen estar entrenando algo y prefieren jugar Wiccas versus Suricatos. Jugamos del lado de ellas; si uno es supersticioso, pudo haberse interrogado por el asunto y preferir armar una cancha de ultimate en la mitad de la cancha o no jugar, pero no paso eso y comenzó el juego.

Preciado

Es un asunto aparte el partido de Juan Felipe Preciado, una noche para olvidar de su parte, que cosa de locos, error tras error, cagada tras cagada, gracia tras gracia, (no) fue la noche de Preci: malas entregas, malos lanzamientos, marca ¿Cuál marca? Lo dejaban pero regado. Mientras Joselito se reía y se revolcaba en la arena mirándole jugar.

El Otro Nuevo

“El nuevo” nuevo, el de los tatuajes. Otra cosa de locos, haciendo un drill de lanzamientos el hombre se tira un vuelo para agarrar el disco de forma intuitiva. Se le interroga y es primera vez en su vida que entrena ultimate. En su primer partido más vuelos, uno de ellos producido por una vos que le dice: ¡lanzate! Un pase al suelo, de Mc. Joselito, y se toma el descaro de ordenar un vuelo, el colmo. En fin, el hombre llego con muy buena energía y lo esperamos de nuevo.

OE y Mc. Joselito carnaval

El duelo de la noche, “una pareja explosiva” titula una mala película de Hollywood. No sé porque ella, Jimena, lo marcaba siempre y José siempre en gol estático; fuese en ofensa o en defensa la nena lo dejo regado en la cancha, borrado hasta la chi/$?!!!

Pido explicaciones de Mc. Joselito Carnaval. Además de OE o Jimena si lee esto.

Tego y Juan P.

La señorita Carolina Calderón conocida por muchos como una excelente cortadora de gran velocidad, anoto un gol. Pero no fue así nada más. Fue una derrota épica de un personaje, fue la caída de King Kong desde el edificio y morder el polvo. Fue algo así como la caída de Ícaro: Juan P. marcaba a Tego, sudaba tras de ella, mamado después de venir de patinar, corría tras Tego quien con tranquilidad recibía todos los pases y entregaba a sus compañeras, luego de tener con la lengua afuera a P. lo deja lejos de ella y espera el pase en zona de gol, Juan P. que como Ícaro quiere elevarse más y llegar al paraíso, para este caso la gloria, lo intenta: un vuelo o layout para tumbarle el disco a Carolina, su último intento, el último aliento, la última palabra pronunciada por el héroe de la película que está a punto de morir, pero igual que esa escena no hay palabra, no hay nada. El último intento fallo. El final es trágico, muy trágico. La señorita Calderón se ve desplazada por una masa que la golpea por un costado de su cuerpo, masa llamada: Juan Andrés Pérez que va cayendo al suelo, no antes tratando de salvar su anteojos de rayarse en la arena, caen él, sus gafas y sobre él, Carolina quien comenta a sus amigas: “que pesar… le caí encima…”. Ícaro fue a parar al mar, Juan P. y esta “p” no es del paraíso donde quería llegar Ícaro es la “P” de perdida, perdedor (más tarde Perdedores) fue a parar en la arena polvorienta de la cancha de la Floresta.

Perdimos con Wicca, el último gol lo anoto Adri. Y aunque suene a disculpa no lo es, pero apoyadas por un Wicco de vieja data conocido como: “Wara” y un nuevo Wicco conocido como: El Zurdo, ganaron de nuevo a los Suricatos. La historia o las Wiccas molestaran diciendo que nos han ganado dos veces en la Floresta, pero cuando quieran hay revancha, eso sí, con apuesta de cerveza de por medio.

Un saludo a nuestras vecinas y quien haya encontrado la plata de Estela que la entregue.