Proletariado Ultimatero

Todos los días tienen algo particular, algo que los hace especiales, un hecho importante para cada uno, otros van al olvido y unos llegan a ser instituciones, símbolos, recuerdos plurales de algo singular y uno de esos particulares días es el primero de mayo. Histórico día para todos los trabajadores del mundo o al menos para los trabajadores que hacen parte de la historia de occidente, su economía capitalista y su política aburguesada. Es un acontecimiento importante para el proletariado, es a ellos a quien felicito en su día, al proletariado Suricato; pues, en este espacio virtual se da un trato a todo lo relacionado con ultimate que se os pueda ocurrir. Y felicito al proletariado que juega ultimate de manera diferente y activa, dentro y fuera de la cancha. Dentro de un campo de juego ese hombre proletario labora de forma ordenada, consciente y racional. Es singular, busca su facultad y desea sirva para un mejor ir y estar en ese espacio (la cancha) donde el tiempo termina y vuelve a comenzar en otros espacios. Aprende y se interroga por todas las circunstancias que se le presentan y no permanece en la ignorancia, sale de ella contagiando a todos sus coterráneos de conocimiento de forma sabia y mesurada. Es un hombre paciente y no estático en obra y pensamiento, se mueve sigilosamente y ataca de manera moderada, rápida y violenta (como la muerte), sin perturbar el territorio personal de los otros que hacen la actuación momentánea de antagonistas. Es un trabajador incansable y organizado, trabajando para su comunidad y para un bienestar global sin intereses materiales. Y es un artesano, creador de cosas, situaciones que facilitan el estar de su colectivo en unos instantes espontáneos en el juego del ultimate. Se guía por la regla, pero sabe que no puede llegar al extremo de ésta, la radicalización, lo inflexible, pues en el juego, juegan las bellas y maravillosas pasiones, sensaciones, emociones del hombre que de una u otra forma hacen de un minuto algo diferente. Por eso, ser mesurado, conocedor y comunicativo permiten y llevan al cuidado, preservación y mantenimiento de quienes jugamos ultimate. El trabajador ultimatero no es débil y la realidad le hace más fuerte en cada una de las circunstancias fácticas del modesto juego. De igual modo, el hombre proletariado ultimatero debe tener todas estas facultades fuera de la cancha, en su relación con los seres humanos cotidiana, porque, del mismo modo todos estamos en la tierra, del modo humano, el mismo territorio, como hombres singulares con ideas diferentes que buscan un bienestar y apaciguado sobrevivir. (Que extraño ideal, no te parece. La extraña ética del ultimate).
Siendo más, un buen primero de mayo para el hombre trabajador del ultimate, el jugador de ultimate: no subordinado, que no se convierte en un laptop, que se cuestiona los sistemas de juego, no entra en el monopolio, no entra en los juegos de mecanismo que tachan al hombre y sus facultades y que juega un ultimate libre para él en armonía con los otros.

Además, aprovecho un saludo para uno de esos trabajadores del ultimate: Andrés López. Pronta recuperación y larga vida.